La otra pandemia.

En un año 2020 marcado por la covid-19, hubo otro estigma que el propio gobierno de México calificó recientemente como «la otra pandemia» en el país, la cual dejo casi 4,000 muertes.

Se trata de la violencia contra mujeres y niñas que continúa dejando unas cifras alarmantes en México, donde cada día se registran al menos diez muertes violentas, según cifras oficiales. El año pasado, la crudeza de varios feminicidios hizo que miles de personas dijeran basta y salieran a las calles para protestar y exigir al gobierno acciones reales contra estos crímenes. México cerró 2020 con 3.723 muertes violentas de mujeres, sumando feminicidios y homicidios dolosos. Es una cifra casi igual a la del año anterior, cuando no había pandemia.

Decir que solo poco más de 900 de estos casos fueron tipificados como feminicidios cuando hay miles de homicidios dolosos a mujeres es querer maquillar la cifra. Muchas familias luchan desde hace años para que se tipifique el asesinato de sus hijas o familiares como feminicidio. Colectivos pedimos que se revisen las carpetas y casos para que esto ocurra.

Y eso sin contar la cifra negra, que es la cifra de mujeres desaparecidas. Así que no sabemos realmente cuantas hay. Si no hay cuerpos, no hay feminicidios. Los números señalan una emergencia de Seguridad Pública detrás de la que se esconde la historia de mujeres, niñas y adolescentes a las que arrebataron la vida con total impunidad. El nombre de algunas ni siquiera ha trascendido porque ha sido imposible reconocerlas, las últimas palabras que los medios publicaron sobre ellas fue: “Encontrado cuerpo de mujer”, mientras sus familias todavía las dan por desaparecidas.

• Victoria Salazar, asesinada a manos de la policía.
• Carmen, mujer de 80 años violada en Veracruz.
• Wendy Yocelin: niñas de 16 años que cargan el ataúd de su amiga.
• Ivonne Gallegos, candidata asesinada en Oaxaca.
• Maricela, desaparecida en Ciudad de México.
• Nicole, el feminicidio de una niña de 7 años.
• Jacqueline, asesinada en el edificio donde trabajaba.
• Karla M., el primer feminicidio de Holbox.
• Ana Lilia González, desaparecida y encontrada en una cisterna.
• Liliana Cristina, asesinada a golpes.
• Jessica González, asesinada en Morelia a golpes.

Pero los movimientos de mujeres cobraron fuerza el año pasado. Fue una experiencia única en la vida, ver esa unión de las mujeres… era una locura. Fue un fenómeno que no pensamos que iba a ocurrir. Hubo como un despertar del sagrado femenino muy importante.

En este momento, las reivindicaciones de las mujeres se plantean en tres grandes áreas de actuación, no sólo piden acceso a las actividades y puestos de los que están excluidas. En primer lugar, señalan que su biología no las condiciona para ser exclusivamente madres. Que tienen derecho a la sexualidad, al control de su cuerpo y a decidir libremente sobre su maternidad.

En segundo lugar, plantean que las relaciones entre los hombres y mujeres tiene un componente de poder.  En tercer y último lugar, señalan que existe una dicotomía entre lo público (la economía, la política y cultura) y lo privado (la familia) y que el rol que tiene en el ámbito privado es tan importante para el funcionamiento social como el público. La familia es también una unidad de producción de bienes y servicios.

Existe un movimiento de mujeres que es más amplio que el movimiento feminista. Esto es verdad. Pero no se puede olvidar que las conquistas de las mujeres han estado asociadas a la movilización feminista. Si hoy muchas mujeres feministas o antifeministas tienen derechos políticos y pueden realizar otras actividades en el mundo público, es porque otras mujeres, las feministas lucharon por ello, en algunos casos dejando su vida en el camino.

Por Metz Cipriano.

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