Hemos vivido en tiempos de los mejores deportistas de la historia de múltiples deportes. Usain Bolt, Michael Phelps, Federer, Nadal, Djockovic, Messi, Cristiano Ronaldo y claro, Tom Brady. Para muchos el mejor deportista de todos los tiempos.
Hay quien dice que los años no pasan en vano, sin embargo, el mariscal de los Bucaneros de Tampa Bay a sus 44 años sigue creciendo su leyenda, ahora siendo el mariscal de campo con más yardas por aire de todos los tiempos. La marca anterior la ostentaba Drew Brees con 80,358. Al completar 68 yardas en el juego ante patriotas, Brady superaba la marca. Al finalizar el juego lo culminó con 80,560 yardas. A este récord se le suman las marcas de intentos de pase con 10,739, pases de touchdown con 591, así como victorias de temporada regular (232) y playoffs (34) y claro, 7 anillos de Super Bowl.
Pensar que fue seleccionado en la sexta ronda del draft del año 2000. Ahora hablar de si es el deportista más completo de todos los tiempos. No lo veo imposible, ya sea por los récords, por la complejidad del deporte o incluso por mantenerse por tantos años en la élite del mismo. Hay quien demerita parte de sus logros diciendo que eran sus equipos, su coach, que la clave estaba en Belichick. Tras su pase a Tampa calló muchas bocas.
Es claro que un factor para permitir esta evolución deportiva es la tecnología. Desde la recuperación física, hasta las estrategias de entrenamiento, sin embargo, han existido deportistas que sobresalen del resto, a pesar de contar con ese desarrollo. Si bien la tecnología ayuda, el talento de estos atletas es indiscutible.
No nos queda nada más que disfrutar de los tiempos en los que vivimos. Observar como se rompen récords deportivos, donde cada nueva generación de deportistas llega con nuevas formas de evolucionar el juego. Todas las diferencias que hemos vivido en los deportes desde el año 2000 son de una trascendencia nunca antes vista. Si bien hemos escuchado frases como “Nadie va a superar esto” o “No veremos a alguien más de este nivel en los próximos 50 años” no hay que pensar en lo que veremos o no veremos después. Hay que pensar en el privilegio que vivimos hoy.
Por Santiago Vázquez.
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