“Supongo que mi propio miedo al fracaso me ha impedido tener éxito hasta ahora” – Spencer Johnson –
¿Cuántas veces has deseado hacer algo diferente a lo que haces actualmente?
Por ejemplo, llevar a cabo cierta idea que tiene tiempo rondándote en la cabeza, aprender algo nuevo como bailar, pintar, actuar, patinar, etc., emprender algún proyecto personal o profesional, viajar a ciertos lugares, mudarte de ciudad o país, cambiarte de carrera, trabajo o hasta expresarle lo que sientes a esa persona especial.
¿Cuánto de esto se queda solo en planes, en ideas o escrito en una libreta de propósitos de año nuevo? ¿Por qué abandonamos tan fácil nuestras metas?
Una de las razones es que le tenemos miedo al fracaso, pues a lo largo de nuestra vida hemos aprendido a relacionarlo con algo negativo. Y la realidad es que durante tu vida cometerás un sin número de errores y fallos, las personas que son referentes de éxito en el mundo no lo lograron a la primera, ni de la noche a la mañana. Fue a través de la práctica y de aprender de sus errores como llegaron a la perfección, al éxito.
Tu trabajo entonces consiste en no enfocarte en el error al grado de que te abrume o paralice y reconocer que el fracaso es parte de este viaje de la vida, incluso el fracaso tiene una función, no puedes pretender eliminarlo. Realmente fracasas cuando no logras aprender de esos errores, cuando no logras crecer con cada desafío que se te presenta.
Incluso un evento considerado como fracaso puedes convertirlo en éxito si caes, aprendes y te levantas de nuevo. No fallar en lo que sea que estés haciendo, significa que ya tienes cierto dominio sobre eso y te coloca en una zona de confort donde tus posibilidades de expansión, evolución y crecimiento se encuentran limitadas. Salir de esa zona de confort, de esa rutina ya dominada, para probar algo nuevo o distinto te va a convertir en un principiante ante ese nuevo reto, pero aunado a esto vendrá nuevamente la posibilidad de aprender y de crecer.
Cuando crees que eres un fracaso, abandonas la alegría, pierdes el derecho a la plenitud y no alcanzas la paz mental, pues te mantienes en tu ego herido. Así que la próxima vez que cometas un error, falles o te enfrentes al fracaso agradece lo que ha venido a enseñarte y empieza de nuevo, con más experiencia, con menos miedo.
Y si estás postergando el ponerte en acción para lograr tus metas por miedo al fracaso, recuerda que eres tu quien elije que función tendrá el fracaso en tu vida, ¿te enseñará a mejorar? o ¿te robará tus metas y tu alegría?
Por: Ivette Jiménez Martínez
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