Era cuestión de tiempo, pero Rolls-Royce ya ha anunciado que concluirá la producción de sus Wraith y Dawn el año que viene. Si bien no es ninguna sorpresa, ahora sabemos que el fabricante de Goodwood no tiene intención de desarrollar sustitutos directos de estos modelos.
La noticia la ha confirmado el propio CEO de la compañía británica, Torsten Müller-Ötvös, quien ha declarado a la revista Autocar que ya se han cerrado los pedidos tanto del Wraith como del Dawn, así que ya no están disponibles en el catálogo de Rolls-Royce.
Los últimos ejemplares del coupé y el cabrio de la casa saldrán probablemente de la línea de producción a principios de 2023, antes del lanzamiento del primer producto eléctrico de la casa, el Rolls-Royce Spectre, cuya llegada se espera a lo largo del próximo año.
Cabe recordar que tanto el Wraith como el Dawn comparten entrañas con el BMW Serie 7 presentado en el año 2008, así que ya les iba llegando el momento de la jubilación.
Este es el primer paso de la firma para convertirse en una compañía exclusivamente eléctrica, que es lo que quiere conseguir Rolls-Royce antes de finales de esta década.
De momento los detalles sobre el Spectre son un misterio, aunque los rumores aseguran que podría compartir el sistema de propulsión con el recién lanzado BMW iX M60, un SUV eléctrico de altas prestaciones del fabricante bávaro.
Este todocamino de cero emisiones equipa un motor eléctrico en cada eje (es xDrive, por tanto), con una potencia combinada de 455 kW o 619 CV, y un par motor máximo de hasta 1.100 Nm, que se dice pronto. En su caso, despacha el 0-100 km/h en 3,8 segundos.
De momento, el futuro de Rolls-Royce se desconoce, más allá de sus ambiciones eléctricas para el año 2030. Suponemos que, a partir de ahora, todos sus nuevos lanzamientos estarán basados en la plataforma para eléctricos que estrenará el citado Spectre, pero habrá que esperar para conocer más detalles al respecto.
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