Los huracanes, esos gigantescos remolinos de viento y lluvia que azotan las costas, no solo infunden temor por su poder destructivo, sino también por los nombres que les asignan.
Antecedentes Históricos
Durante el siglo XIX y principios del XX, las tormentas solían recibir nombres según el santo del día en que ocurrían. Sin embargo, este método cambió cuando el meteorólogo australiano Clement Wragge introdujo la práctica de utilizar nombres propios para denominar huracanes. Esta innovación permitió una identificación más clara y personal de cada tormenta.
En 1953, Estados Unidos adoptó la costumbre de nombrar huracanes exclusivamente con nombres femeninos, una tendencia que luego se extendió a otras regiones. Sin embargo, en 1978 se decidió incorporar nombres masculinos a las listas, buscando una mayor equidad en la nomenclatura. Esto reflejó una variedad más amplia de nombres y mejoró la identificación y recordación de estos fenómenos naturales.
¿Quién elige los Nombres de los Huracanes?
Estos nombres, generalmente femeninos o masculinos, son seleccionados por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) a nivel internacional. Desde 1953, la OMM ha establecido listas rotativas de nombres para ciclones tropicales en diferentes regiones del mundo. Estas listas contienen nombres breves y fáciles de recordar y pronunciar en varios idiomas, asegurando que sean fácilmente identificables por las comunidades afectadas.
Metodología para Seleccionar los Nombres
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) gestiona un sistema bien estructurado y rotativo para seleccionar los nombres de los huracanes. Hay dos listas distintas de nombres: una para el Atlántico y otra para el Pacífico. Cada lista consta de 21 nombres que alternan entre masculinos y femeninos.
Anualmente, se emplea una nueva lista, repitiendo este ciclo cada seis años. Los nombres pueden reutilizarse, a menos que un huracán sea particularmente devastador. Las tormentas se nombran en orden alfabético, comenzando con la primera letra de cada nombre en la lista correspondiente. Este sistema facilita la identificación y seguimiento de los huracanes, además de mejorar la comunicación entre meteorólogos, autoridades y el público en general.
¿Qué Ocurre con los Nombres de los Huracanes Devastadores?
En el proceso de nombrar huracanes, existe un protocolo especial para eliminar nombres de la lista. Cuando un huracán causa un impacto excepcional, cualquier país afectado puede solicitar a la Organización Meteorológica Mundial (OMM) que retire permanentemente el nombre del huracán de la lista. Esto evita la reutilización de nombres asociados con tragedias graves, respetando la memoria de las víctimas y la sensibilidad de las comunidades afectadas. Una vez eliminado, se reemplaza por otro nombre de la misma inicial y género para mantener la continuidad y organización de las listas.
Actualmente, hay un total de 93 nombres de huracanes que han sido eliminados. Entre ellos están, por ejemplo, Elena (1995), Allison (2001), Felix (2007), Irma (2017), etc.
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