Autor: Lic. Mauricio Balderas Villicaña.
La semana pasada quedó escrita una historia más en todo el territorio mexicano, de mujeres indignadas, afligidas y con mucho dolor porque las autoridades no las escuchan, no resuelven sus demandas y exigencias de algún familiar suyo que fue víctima. Miles de mujeres en México siguen esperando resultados de manera pronta y eficaz por parte de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Me sorprende que la ombudsman de México no pueda hacer bien su trabajo de atender, escuchar, gestionar y analizar los asuntos que se tienen y a su vez tenga que venir un familiar de una víctima a las instalaciones para amarrarse de un silla para ser escuchada.
Todo individuo mexicano tiene derecho a una seguridad como lo establece nuestra Carta Magna.
Sin llegarme a equivocar esta nueva Comisión Nacional de los Derechos Humanos parece ser un ente gubernamental más y no una oficina que atienda los reclamos de las víctimas. Se necesita personas con autoridad y conocimiento y sobre todo con la sociabilización de hacer un buen trabajo para la protección de las mujeres violentadas.
Que no se les olvide que la CNDH está para vigilar y proteger a las víctimas, no para ignorarlas. Además, es un tema de derechos humanos y de justicia que deben tener respuestas.
Con base a los resultados que se han venido dando sobre dicho tema mujeres activistas y familiares de víctimas han tomado las oficinas local de CNDH de la Ciudad de México, Estado de México, Michoacán de Ocampo, y Aguascalientes.
Ya no podemos permitir más gobiernos que hagan caso omiso a los reclamos de los familiares de las víctimas.
Sigamos presionando y alzando la voz de manera pacífica al Poder Ejecutivo para que ponga más atención sobre este problema que adolece a miles de mujeres en el País.
La política pública está en el discurso presidencial, no en las instituciones, lo dicen los colectivos feministas. En el país es asesinada, en promedio, una mujer cada dos horas cada día y el feminicidio se ha incrementado 7.7% .
La vida de cualquier ser humano vale por igual.
¿Cómo enfrentamos el reto de construir una sociedad en donde prevalezca la justicia y los derechos humanos?
Debemos sensibilizarnos con los derechos humanos y aprender a ejercerlos, ya que nos corresponden estos por nacimiento.
Y finalmente seguiré siendo reiterativo, las autoridades correspondientes han demostrado su ineficacia y su falta de compromiso social para terminar con esta pesadilla. Y el aumento de la violencia de género es un dato irrefutable. El estado deberá hacer la reparación del daño y de la no repetición en la vulneración de sus derechos.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de la Revista Líderes Generando Líderes o de alguno de sus integrantes.
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