A medida que nos acercamos al inicio de los Juegos Olímpicos de París 2024, es fundamental destacar dos elementos icónicos de esta competencia: la llama olímpica y los relevos. Estos símbolos no solo representan la tradición olímpica, sino que también encarnan los valores de unidad y excelencia que caracterizan a los Juegos. A continuación, exploraremos más a fondo estos elementos y su significado a lo largo de la historia olímpica.
La Llama Olímpica: Paz y Amistad entre Naciones
La llama olímpica, encendida en Olimpia con los rayos del sol, ha sido un símbolo de paz y amistad desde la antigüedad. La pureza de la llama se garantiza al encenderse exclusivamente con rayos solares reflejados en un espejo parabólico.
Atribuida a Carl Diem, la ceremonia de encendido y el relevo de la antorcha se implementaron por primera vez en los Juegos Olímpicos de 1936 en Berlín. Desde entonces, estos eventos han sido una parte integral de cada edición olímpica, transmitiendo un mensaje de paz y unidad en su recorrido hacia la ciudad anfitriona.
Surge una Ardiente Ceremonia
En la Ceremonia de Encendido, meses antes de los Juegos, en el antiguo emplazamiento olímpico en Olimpia, Grecia, la gran sacerdotisa enciende la llama. Rodeada por las ruinas del templo de Hera, invoca a Apolo, el dios del sol, para prender su antorcha con los rayos solares capturados en un espejo parabólico.
Esta impresionante escena está acompañada por sacerdotisas y Kouroi, jóvenes bailarines griegos que realizan una coreografía inspirada en la Antigüedad, añadiendo un toque de autenticidad a la ceremonia.
Posteriormente, la antorcha olímpica es colocada en una urna y llevada al antiguo estadio por Hestiada, la sacerdotisa guardiana del fuego. Allí, la gran sacerdotisa entrega la antorcha al primer portador, acompañada de una rama de olivo, símbolo universal de la paz.
Así se da inicio al emocionante relevo de la antorcha olímpica, que emprende su viaje desde la histórica Olimpia hasta la ciudad anfitriona de los Juegos Olímpicos modernos, llevando consigo el espíritu de la competición y la unión entre las naciones.
Importancia de los Relevos de la Llama Olímpica
La tradición del relevo de la antorcha olímpica es un legado ancestral para los griegos, simbolizando universalidad y paz.
Este simbolismo cobra vida cuando el primer portador parte del antiguo estadio de Olimpia hacia la estela de Pierre de Coubertin, ubicada en la misma cuna de los ideales olímpicos.
A lo largo de 11 días, más de 550 portadores llevarán la llama a través de Grecia, conectando sus extremos y visitando sus sitios arqueológicos más emblemáticos.
En París 2024, el recorrido abarca paisajes que encapsulan la belleza de la nación y rinde homenaje a los lazos históricos entre Francia y Grecia.
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