La cruda realidad de Santiago Solari.

Cuando el técnico argentino llegó al futbol mexicano yo le criticaba 2 cosas. El hecho de tener dos años sin trabajar en la dirección técnica de un club y que cuando tuvo que plantear partidos de peso, no supo como hacerlo. Aún no aprende.

Santiago Solari actualmente se encuentra en su segundo torneo dirigiendo en el futbol mexicano, el primero quedó eliminado ante Pachuca al no saber plantear partidos de eliminatoria. Ya habíamos notado esas flaquezas cuando en unos cuantos días perdió eliminatorias tanto en la liga de campeones de Europa como en la Copa del Rey. Dicen que de los errores se aprende, Solari parece ser la excepción a la regla. Sigue cometiendo los mismos errores.

 

Su más reciente fracaso, perder la final de la liga de campeones de la CONCACAF ante Rayados de Monterrey, equipo que debido al momento futbolístico en el que llegaba, parecía ser el rival débil. Los dirigidos por Javier “vasco” Aguirre llegaban a diputar la final con 4 partidos consecutivos con derrota. Aunque como bien dicen, las finales se juegan diferente.

Si bien es cierto Solari tenía algunas bajas como Miguel Layún, Mauro Lainez y Pedro Aquino, siendo esta ultima a mi juicio la más complicada de subsanar, Aguirre se encontraba en una situación similar, no podía contar con Duván Vergara y Joel Campbell, siendo Vergara un titular habitual en el esquema de “La pandilla”. Por lo que el tema de las bajas era un factor para ambos equipos.

El planteamiento del partido de Solari fue sumamente pobre, sin variantes, sin ideas. Jugando a encontrarse alguna pelota, anotar y encerrarse, sin embargo cuando el equipo de Solari se ve abajo en el marcador le cuesta muchísimo trabajo. Tiene una marca en este tipo de partidos de 4-1-6.

La estancia de Solari ha demostrado que generar muchos puntos en la temporada regular, no siempre genera frutos en los momentos importantes, ahora el técnico argentino tiene aún más presión ya que en la última jornada del torneo regular, vuelve a enfrentar al equipo que le provocó otro fracaso más en su carrera como técnico. La presión es tan grande que si Solari no es campeón de liga se tiene que ir, así sin más.

Por Santiago Vázquez.

Periodista y analista deportivo.

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